lunes, 6 de agosto de 2012

PASAMANOS O BARANDILLA

Principio de una rampa que desciende con pasamanos, junto a una escalera
Hoy nos vamos a fijar en los pasamanos que se han colocado en esta rampa.

Esta rampa se ha realizado al lado de una escalera que existía previamente y que salva una altura aproximada de 3,00 metros, lo que equivale a la altura de un piso. Así, con esta intervención, se permite subir y bajar por este punto a todas las personas que no pueden o les resulta más difícil hacerlo por la escalera, por lo que se evita que estas personas tengan que recorrer grandes distancias para hacerlo por otros sitios. Ahora todos podemos elegir si utilizamos la escalera o la rampa.

Por todo esto nos parece una buena actuación, pero ahora queríamos llamar la atención sobre una decisión que condiciona mucho la seguridad de utilización de esta rampa. Y es que pensamos que en este ejemplo se confunden los términos “pasamanos” y “barandilla”, que aunque son dos elementos que suelen complementarse no tienen porque aparecer siempre juntos, por lo que hay que tener claro en qué situaciones se debe emplear cada uno.

Una buena aproximación es acudir a la normativa vigente sobre accesibilidad en la que se definen las características, dimensiones, disposición y empleo de este tipo de elementos. Para nuestro blog vamos a tratar de explicarlo desde la lógica y el buen uso. Primero vamos a repasar que podemos entender por cada uno de estos elementos para después hacer el análisis de cómo se han empleado en este caso y lo que sería más recomendable.

1.- Pasamanos
Es un elemento previsto para ser utilizado, como su nombre indica, con las manos, que nos sirve de apoyo en nuestro desplazamiento, tanto de forma continua o puntual, como lo es en caso de tropiezo. Suele colocarse en las escaleras y las rampas, aunque también en zonas con mucha pendiente o tramos que puedan representar un riesgo de posibles caídas. Otra de sus funciones es la que realiza como un elemento que nos guía por el recorrido como es el raíl para un tren, incluso aporta información como, por ejemplo, nos indica el final de una escalera mediante un cambio en la pendiente que pasa a ser horizontal, o por la propia terminación del pasamanos. Este último uso y la información que aportan resultan muy importantes para las personas ciegas o con poca visión.

Por lo tanto, su diseño, materiales, disposición,... deben permitir estos usos a todos los posibles usuarios. Así el pasamanos debe ser un elemento firme, con un tacto agradable y que pueda agarrarse fácilmente con la mano, sin elementos cortantes o peligrosos en su entorno y, como se utiliza al mismo tiempo que la persona se desplaza, deberá ser continuo y permitir el deslizamiento de la mano por él sin elementos que lo impidan.

2.- Barandilla.
Es un elemento sobre todo de protección, se coloca cerca de los bordes con caída peligrosa al otro lado. Por eso deben ser elementos resistentes, duraderos y visibles para advertirnos del peligro y de su existencia. Además, por su diseño no deben constituir un peligro mayor, por ejemplo si presentan aristas o elementos cortantes, o si son fáciles de escalar (lo que supone un riesgo frente a la protección de los niños).

3.- Análisis.

 Inicio de escalera y rampa desde abajo.
En el caso de esta rampa, podemos observar que se desarrolla en zig-zag, lo que supone que cada tramo está al lado del anterior, lo que implica que existen diferencias de cota o saltos entre ellos, por lo que tendremos que proteger a los usuarios de las posibles caídas, sobre todo en las zonas de mayor altura. Estos saltos se tienen forma de triángulo (como se puede observar en la imagen), lo que además supone un riesgo de tropiezo en las zonas en las que se ve reducido a un pequeño resalto, al no diferenciarse mucho de un suelo totalmente liso.

Según los conceptos que hemos recogido en los puntos anteriores, podemos observar que los pasamanos que se han instalado deben completarse con una barandilla que proteja los huecos que existen en la parte inferior del pasamanos y que tienen una altura aproximada de 70 cm., porque se han colocado en los bordes en los que existe un desnivel al otro lado.

Respecto a los pasamanos, además de los existentes, se deberían colocar también al otro lado, de forma que delimite el ancho de la rampa y permita usar cualquiera de las dos manos tanto al subir como al bajar. Para estos no haría falta complementarlos con barandillas, puesto que a ese lado no hay desnivel.

Analizando en concreto los pasamanos de esta rampa podemos observar que presentan dos barras a diferentes alturas, lo cual es lo indicado para que puedan utilizarse por la gran mayoría de usuarios, adultos y niños. También la forma de fijar estas barras a los soportes permite deslizar la mano por toda su longitud al ir fijadas por su parte inferior. Su diámetro también hace que sea fácil agarrarlas. Sin embargo, la pintura empleada para proteger todo el elemento resulta inapropiada para deslizar la mano ya que presenta un acabado áspero, poco agradable al tacto.

Meseta de una rampa sin protección hacia el exterior, con pasamanos en un solo lado
Por otro lado, falta la continuidad de cada barra de principio a fin de la rampa. No se puede llevar una misma mano de principio a fin sin soltarse del pasamanos porque se ha dispuesto únicamente al lado del desnivel y que, por tanto, según la dirección del tramo estará al lado izquierdo o derecho de nuestra marcha. Esto obliga a usar las dos manos, incluso implica estar en algunos momentos sin el apoyo de este elemento. Hay que recordar que no siempre es posible utilizar las dos manos, ya sea por falta de movilidad o fuerza en una de ellas, por ir cargados en ese momento o por llevar de la mano a un niño, entre otros ejemplos. Esta continuidad solo se interrumpirá por los pasos que se han previsto hacia las mesetas intermedias de la escalera, pero se deberá dar información de cómo seguir por la rampa mediante el pavimento y la dirección de los pasamanos, no hay que olvidar la función de guiar que tienen estos elementos.

En la imagen anterior se aprecia además que hace falta colocar pasamanos y barandillas en las mesetas en las que hay riesgo de caídas. El pasamanos seguirá en continuidad con el que ha de colocarse al otro lado del recorrido, completando la parte superior de esta barandilla.

Pasamanos con dos barras a diferente altura, con el extremo libre sin proteger
También hay que recordar que el pasamanos nos aporta información. En este caso, lo conveniente es prolongar en un tramo horizontal las dos barras del pasamanos para advertir que la rampa termina o empieza. En todo principio o final del pasamanos sus dos barras deben unirse con un tramo circular para evitar que los extremos queden libres y supongan un riesgo de provocar lesiones en caso de golpearse contra ellos. Este tramo será circular porque si unimos las dos barras con un tramo recto en vertical se producen dos aristas peligrosas e incómodas para el paso de la mano, lo mismo debemos tener en cuenta en toda la longitud del pasamanos, evitando aristas o encuentros bruscos. Al prolongar los extremos también conseguimos proteger a los usuarios de tropiezos en el desnivel del suelo que, como comentábamos, se producen en las mesetas y que podemos ver en la imagen anterior resaltado por el cambio de color en el pavimento.

Por otra parte, este cambio de color en el pavimento es una buena medida que nos ayuda a diferenciar la rampa del otro itinerario. Habría que reforzar esta información basada en el color incluyendo un pavimento que tenga un relieve apropiado para facilitar su detección por personas ciegas que usan bastón guía.

El pasamanos debe completarse con un rodapie o zócalo situado en la parte inferior en contacto con el suelo. Este elemento es usado con el pie, un bastón o las ruedas de las bicicletas, los carritos de bebés, las sillas de ruedas,.... Su función es la de guiar y encaminar a los usuarios, impidiendo que se introduzca el pie, bastón o rueda más allá del borde de la rampa. Esto evita una posible caída si hay desnivel y que se golpeen los soportes verticales del propio pasamanos al seguir hacia adelante. También ayuda a distinguir el propio borde de la rampa si tiene un color diferente al del pavimento.

Ya hemos comentado la necesidad de colocar una barandilla para proteger de posibles caídas en todos los bordes que existe desnivel. Este elemento tendrá la resistencia necesaria para evitar las caídas, pero también debe tener un diseño que evite barras horizontales que sirvan como peldaños y que los niños puedan trepar por ellas y caer hacia el desnivel, así como barras verticales muy separadas por las que puedan meter la cabeza. Si su diseño y color ayuda a percibirlas fácilmente nos estarán indicando donde está el peligro. 
 
Se comprueba el desnivel que es casi inapreciable desde arriba, mientras que si lo es desde abajo
En estas imágenes podemos comprobar que la percepción de un salto es muy diferente desde arriba (imagen izquierda) que desde abajo (imagen derecha) . Desde arriba, el salto no se aprecia, solo se ve una linea que parece una junta más del propio pavimento. Por eso la barandilla colocada en este punto no solo aporta una protección física, evitando la caída, sino una advertencia visual de un riesgo. Así, incluso desde lejos, podemos percibir un posible peligro en este punto. Desde abajo se puede apreciar fácilmente que hay un muro en vertical, además no supone ningún riesgo de caída.

Relacionado con la seguridad en la utilización de una rampa, conviene recordar la importancia de reforzar estas zonas con una iluminación adecuada que nos permita percibir todos estos elementos por la noche o con poca luz natural. Para su instalación habrá que tener en cuenta unos niveles apropiados de iluminación sobre el pavimento y que no se produzcan sombras que puedan confundir al usuario o impedir ver los elementos, incluida la propia sombra de la persona. También se evitarán los deslumbramientos que cieguen al usuario.


La rampa solo tiene pasamanos sin barandillas, pero la escalera no tienen ni pasamanos.
Por último, conviene recordar que estas medidas no solo deben tenerse en cuenta para la rampa, sino que también son aplicables para la escalera, la cual carece de pasamanos y barandillas. Puede aprovecharse la mejora de todo lo comentado para darle una misma solución a los dos elementos, escalera y rampa.

4.- Conclusión.
Aunque son elementos que suelen aparecer juntos en las escaleras y las rampas, no son lo mismo, tienen diferentes funciones, lo que condiciona su diseño, disposición, materiales,... Y sobre todo, no deben sustituirse uno por otro.

Cuidar que estén en su sitio y sean adecuados aumenta la seguridad y comodidad de todas las personas, no hacerlo puede significar un riesgo incrementado porque su presencia nos puede llevar a confiarnos.


En este ejemplo podemos concluir que es necesario instalar una barandilla que complemente los pasamanos colocados en los bordes de los desniveles. Además hay que mejorar el diseño de los pasamanos para que sirvan mejor a su función y colocar un pasamanos a cada lado de los tramos y de las mesetas, poniendo el zócalo que refuerce la seguridad y sirva de guía. Cuando no exista desnivel al otro lado, no hará falta colocar la barandilla, el pasamanos bastará, pero tendrá que ser fácil percibirlo para que no sea en sí mismo otro peligro.



Firmado por accesitec, técnicos en accesibilidad

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