Esta
rampa se ha realizado al lado de una escalera que existía
previamente y que salva una altura aproximada de 3,00 metros, lo que
equivale a la altura de un piso. Así, con esta intervención, se
permite subir y bajar por este punto a todas las personas que no
pueden o les resulta más difícil hacerlo por la escalera, por lo
que se evita que estas personas tengan que recorrer grandes
distancias para hacerlo por otros sitios. Ahora todos podemos elegir
si utilizamos la escalera o la rampa.
Por
todo esto nos parece una buena actuación, pero ahora queríamos
llamar la atención sobre una decisión que condiciona mucho la
seguridad de utilización de esta rampa. Y es que pensamos que en
este ejemplo se confunden los términos “pasamanos” y
“barandilla”, que aunque son dos elementos que suelen
complementarse no tienen porque aparecer siempre juntos, por lo que
hay que tener claro en qué situaciones se debe emplear cada uno.
Una
buena aproximación es acudir a la normativa vigente sobre
accesibilidad en la que se definen las características, dimensiones,
disposición y empleo de este tipo de elementos. Para nuestro blog
vamos a tratar de explicarlo desde la lógica y el buen uso. Primero
vamos a repasar que podemos entender por cada uno de estos elementos
para después hacer el análisis de cómo se han empleado en este
caso y lo que sería más recomendable.
1.-
Pasamanos
Es
un elemento previsto para ser utilizado, como su nombre indica, con
las manos, que nos sirve de apoyo en nuestro desplazamiento, tanto de
forma continua o puntual, como lo es en caso de tropiezo. Suele
colocarse en las escaleras y las rampas, aunque también en zonas con
mucha pendiente o tramos que puedan representar un riesgo de posibles
caídas. Otra de sus funciones es la que realiza como un elemento que
nos guía por el recorrido como es el raíl para un tren, incluso
aporta información como, por ejemplo, nos indica el final de una
escalera mediante un cambio en la pendiente que pasa a ser
horizontal, o por la propia terminación del pasamanos. Este último
uso y la información que aportan resultan muy importantes para las
personas ciegas o con poca visión.
Por
lo tanto, su diseño, materiales, disposición,... deben permitir
estos usos a todos los posibles usuarios. Así el pasamanos debe ser
un elemento firme, con un tacto agradable y que pueda agarrarse
fácilmente con la mano, sin elementos cortantes o peligrosos en su
entorno y, como se utiliza al mismo tiempo que la persona se
desplaza, deberá ser continuo y permitir el deslizamiento de la mano
por él sin elementos que lo impidan.
2.-
Barandilla.
Es
un elemento sobre todo de protección, se coloca cerca de los bordes
con caída peligrosa al otro lado. Por eso deben ser elementos
resistentes, duraderos y visibles para advertirnos del peligro y de
su existencia. Además, por su diseño no deben constituir un peligro
mayor, por ejemplo si presentan aristas o elementos cortantes, o si
son fáciles de escalar (lo que supone un riesgo frente a la
protección de los niños).
3.-
Análisis.
Según los conceptos que hemos recogido en los puntos anteriores, podemos observar que los pasamanos que se han instalado deben completarse con una barandilla que proteja los huecos que existen en la parte inferior del pasamanos y que tienen una altura aproximada de 70 cm., porque se han colocado en los bordes en los que existe un desnivel al otro lado.
Analizando en concreto los pasamanos de esta rampa podemos observar que presentan dos barras a diferentes alturas, lo cual es lo indicado para que puedan utilizarse por la gran mayoría de usuarios, adultos y niños. También la forma de fijar estas barras a los soportes permite deslizar la mano por toda su longitud al ir fijadas por su parte inferior. Su diámetro también hace que sea fácil agarrarlas. Sin embargo, la pintura empleada para proteger todo el elemento resulta inapropiada para deslizar la mano ya que presenta un acabado áspero, poco agradable al tacto.
Por
otro lado, falta la continuidad de cada barra de principio a fin de
la rampa. No se puede llevar una misma mano de principio a fin sin
soltarse del pasamanos porque se ha dispuesto únicamente al lado del
desnivel y que, por tanto, según la dirección del tramo estará al
lado izquierdo o derecho de nuestra marcha. Esto obliga a usar las
dos manos, incluso implica estar en algunos momentos sin el apoyo de
este elemento. Hay que recordar que no siempre es posible utilizar
las dos manos, ya sea por falta de movilidad o fuerza en una de
ellas, por ir cargados en ese momento o por llevar de la mano a un
niño, entre otros ejemplos. Esta continuidad solo se interrumpirá
por los pasos que se han previsto hacia las mesetas intermedias de la
escalera, pero se deberá dar información de cómo seguir por la
rampa mediante el pavimento y la dirección de los pasamanos, no hay
que olvidar la función de guiar que tienen estos elementos.
También
hay que recordar que el pasamanos nos aporta información. En este
caso, lo conveniente es prolongar en un tramo horizontal las dos
barras del pasamanos para advertir que la rampa termina o empieza. En
todo principio o final del pasamanos sus dos barras deben unirse con
un tramo circular para evitar que los extremos queden libres y
supongan un riesgo de provocar lesiones en caso de golpearse contra
ellos. Este tramo será circular porque si unimos las dos barras con
un tramo recto en vertical se producen dos aristas peligrosas e
incómodas para el paso de la mano, lo mismo debemos tener en cuenta
en toda la longitud del pasamanos, evitando aristas o encuentros
bruscos. Al prolongar los extremos también conseguimos proteger a
los usuarios de tropiezos en el desnivel del suelo que, como
comentábamos, se producen en las mesetas y que podemos ver en la
imagen anterior resaltado por el cambio de color en el pavimento.
El pasamanos debe completarse con un rodapie o zócalo situado en la parte inferior en contacto con el suelo. Este elemento es usado con el pie, un bastón o las ruedas de las bicicletas, los carritos de bebés, las sillas de ruedas,.... Su función es la de guiar y encaminar a los usuarios, impidiendo que se introduzca el pie, bastón o rueda más allá del borde de la rampa. Esto evita una posible caída si hay desnivel y que se golpeen los soportes verticales del propio pasamanos al seguir hacia adelante. También ayuda a distinguir el propio borde de la rampa si tiene un color diferente al del pavimento.
Ya
hemos comentado la necesidad de colocar una barandilla para proteger
de posibles caídas en todos los bordes que existe desnivel. Este
elemento tendrá la resistencia necesaria para evitar las caídas,
pero también debe tener un diseño que evite barras horizontales que
sirvan como peldaños y que los niños puedan trepar por ellas y caer
hacia el desnivel, así como barras verticales muy separadas por las
que puedan meter la cabeza. Si su diseño y color ayuda a percibirlas
fácilmente nos estarán indicando donde está el peligro.
En
estas imágenes podemos comprobar que la percepción de un salto es
muy diferente desde arriba (imagen izquierda) que desde abajo (imagen
derecha) . Desde arriba, el salto no se aprecia, solo se ve una linea
que parece una junta más del propio pavimento. Por eso la barandilla
colocada en este punto no solo aporta una protección física,
evitando la caída, sino una advertencia visual de un riesgo. Así,
incluso desde lejos, podemos percibir un posible peligro en este
punto. Desde abajo se puede apreciar fácilmente que hay un muro en
vertical, además no supone ningún riesgo de caída.
Relacionado
con la seguridad en la utilización de una rampa, conviene recordar
la importancia de reforzar estas zonas con una iluminación adecuada
que nos permita percibir todos estos elementos por la noche o con
poca luz natural. Para su instalación habrá que tener en cuenta
unos niveles apropiados de iluminación sobre el pavimento y que no
se produzcan sombras que puedan confundir al usuario o impedir ver
los elementos, incluida la propia sombra de la persona. También se
evitarán los deslumbramientos que cieguen al usuario.
Por
último, conviene recordar que estas medidas no solo deben tenerse en
cuenta para la rampa, sino que también son aplicables para la
escalera, la cual carece de pasamanos y barandillas. Puede
aprovecharse la mejora de todo lo comentado para darle una misma
solución a los dos elementos, escalera y rampa.
4.- Conclusión.
4.- Conclusión.
Aunque
son elementos que suelen aparecer juntos en las escaleras y las
rampas, no son lo mismo, tienen diferentes funciones, lo que
condiciona su diseño, disposición, materiales,... Y sobre todo, no
deben sustituirse uno por otro.
Cuidar
que estén en su sitio y sean adecuados aumenta la seguridad y
comodidad de todas las personas, no hacerlo puede significar un
riesgo incrementado porque su presencia nos puede llevar a
confiarnos.
En
este ejemplo podemos concluir que es necesario instalar una
barandilla que complemente los pasamanos colocados en los bordes de
los desniveles. Además hay que mejorar el diseño de los pasamanos
para que sirvan mejor a su función y colocar un pasamanos a cada
lado de los tramos y de las mesetas, poniendo el zócalo que refuerce
la seguridad y sirva de guía. Cuando no exista desnivel al otro
lado, no hará falta colocar la barandilla, el pasamanos bastará,
pero tendrá que ser fácil percibirlo para que no sea en sí mismo
otro peligro.
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